Somos hormigas en un camino de ida


Hoy mi mundo se mueve al ritmo de "To Love Somebody" de Janis y me dieron ganas de tirarme en el suelo de una catedral a mirar el techo para siempre. Disfrutar del silencio. Observar cada detalle en profundidad y apreciar lo imperceptible. Escuchar cada palabra de un creyente, y por un momento volverme pantano. Ser viento que aviva el fuego del color. Expresión de palabras, sentidos. Cierro los ojos y creo ver el techo de la catedral de plaza de mayo. No tengo palabras para describir cuanta pequeñez me h
izo sentir. Cada cosa, cada detalle me hizo sentir asombro y admiración. Me emocioné pero de una forma particular. Me enloquece el saber que puedo sentirme así, no me da miedo sentirme pequeña sino que siento curiosidad por volver a sentir que mis actos en este mundo no se comparan con el poder de la naturaleza y el imponente latir de las catedrales del mundo agri-dulce.
Quiero volver, poder recordar cada trazo del pincel como si fueran lunares en mi piel y ver el vitreaux con tus ojos plastificados de sensibilidad. Ver como cada rayo de luz atraviesa con sensualidad tu alma, la mía, la nuestra. Cerrar los ojo
s y sentir como empiezo a aumentar de tamaño con cada segundo que pasa, hasta creer que la habitación esta completamente inundada de mi. Cuando de repente el aire se torna violento como libertango y al abrir los ojos descubro que todo este tiempo estuve soñando.

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