Extraña soledad

Querido lector:
Hoy en el obituario, sección que no suelo frecuentar, apareció mi nombre. Me pareció un poco raro ya que hacia un rato habia estado hablando por teléfono con alguien. Abajo de mi nombre no decía nada, y tampoco habia una fecha. Por un momento pensé que todo era un sueño, pero un momento más tarde caí en la cuenta de que estaba despierta.
Puse el agua para el mate en la hornaya, y me sali al jardin con la pc. Busqué a mis amigos en internet, y no estaban, los busqué en messenger y tampoco estaban ahí. Entonces fue cuando decidí mandarles a todos un mail para ver como estaban, que hacian, en que andaban..unas semanas más tarde vuelvo a mirar mis mails, pero la casilla estaba vacía. Cómo es posible? me dije, "solíamos ser tan unidas con ella" "cómo nos reíamos con él" y asi seguia navegando entre los mares de mi mente. Estaba por apagar la computadora, cuando derepente llega un nuevo mail. Era el mail de mi mejor amigo, decía que me extrañaba y que tenia mil cosas para contarme pero que primero queria saber algo de mi, ya que habia perdido todo contacto con mis amigos, ya no los llamaba para salir, y tampoco les mandaba mensajes de texto. Entonces me di cuenta de que habia estado en un estado de cuarentena TOTAL. Cada palabra de ese mail era como poner sal en una herida abierta. Y ahora ya ninguno de ellos respondia mis llamadas, mis mensajes o mis mails. Entonces decidí mirar la página del obituario de las semanas anteriores, esta vez estaba mi nombre y debajo de el decía "aunque en sus ultimos dias estuviste muy sola, te recordamos como lo que sos, alguien feliz" decidí cortar ese pequeño cuadro y pegarlo en la heladera.
Semanas más tarde volví a mirar el cuadradito que dictaba mi sentencia de muerte. Esta vez la fecha estaba escrita. Decidí entonces enviar un nuevo mail a todos mis amigos, esperé semanas, meses, pero ninguno contestó. Me levanté de la mesa lentamente, las lágrimas salian de mis ojos sin parar, una lágrima detrás de otra. Fui a la cocina y agarré un servilleta para secarlas, y en ese momento alguien tocó el timbre. Corrí hacias la puerta, hace mucho tiempo que mi casa ya no estaba llena de risas, musica y olor a mate con bizcochos, pregunté quién era y una vos me respondió: era mi mejor amigo. En ese momento sentí como la alegría se apoderaba de mis sensaciones, y entonces abrí la puerta y una luz brillante me segó.

Desde entonces este es el único recuerdo que tengo de ese momento. Ahora tengo la certeza de que nadie puede verme, ni oirme, porque de la tierra de los vivos he desaparecido. Al fin acabó tanta soledad, y tristeza, aunque el recuerdo de mis ultimas semanas sigue en mi mente, ahora soy feliz y no siento melancolía, ya no hay dolor.

Saludos desde mi asteroide favorito, Soledad.

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